Stepan: La libertad es también una cárcel mientras haya un solo hombre esclavizado en la tierra. Yo era libre y no dejaba de pensar en Rusia y en sus esclavos.
Stepan: para suicidarse hay que quererse mucho. Un verdadero revolucionario no puede quererse.
Kaliayer (dominándose): tú no me conoces, hermano. Amo la vida. No me aburro. Entre a la revolución porque amo la vida.
Stepan: yo no amo la vida, sino la justicia, que está por encima de la vida.
…
Kaliayev: … ¿Cómo explicárselo? ¡La revolución, desde luego! Pero la revolución por la vida, para dar una oportunidad a la vida, ¿comprendes?
Dora (con ímpetu): sí…y sin embargo vamos a matar.
Kaliayev: ¿Quién, nosotros?...ah, quieres decir…no es lo mismo. ¡Oh, no, no es lo mismo! ¡Además, nosotros matamos para construir un mundo en el que nadie vuelva a matar nunca! Aceptamos ser criminales para que la tierra se cubra al fin de inocentes.
